La Integración Latinoamericana

21.02.2020

Introducción.-

La organización soberana de una Nación nace a partir de cinco estructuras que componen sus cimientos y tres ejes sobre los cuales se sienta el ejercicio del poder soberano. Estos cimientos están constituidos por: la autonomía de gobierno y el poder territorial (Eje jurisdiccional), su organización productiva y financiera (Eje económico) y el poder popular (Eje Social), estructura dinámica sobre la cual se desarrolla el ejercicio soberano impulsado por una finalidad teleológica nacional, la cual construye una estructura uniforme de poder. Sin embargo, el dinamismo propio de las relaciones internacionales en los últimos dos siglos, la gran escala de productividad desde la primer revolución industrial y los constantes conflictos bélicos que se centraron en territorios industrializados hasta mediados del siglo XX y luego viraron a sus zonas de influencia, tendieron a erosionar profundamente el ejercicio soberano de la totalidad de las naciones, llegando en la actualidad a un escenario mundial donde la necesidad de unificación inter-Estatal o construcción de una supra-nación es de carácter estratégico para la subsistencia del ejercicio de la soberanía nacional con la finalidad de construcción de una escala suficiente de poder que se centre en la explotación de recursos, desarrollo productivo, uniformidad logística y protección integral a través de normas, acuerdos estratégicos de defensa y cooperación militar entre naciones a fin de evitar el intervencionismo internacional. De modo tal que, aquellas naciones que no se integren con una escala de poder suficiente o se incorporen a los procesos de unificación de administración de la política global con algún grado de autonomía, tenderán a ver degradada su soberanía al punto de inexistencia como unidad estatal  autónoma, pudiendo generarse el escenario de aquellos estados fallidos africanos, en donde es generalizado el caos social por: indisponibilidad de acceso a bienes básicos, conflictos civiles, gran movilización de marginados del mercado laboral y desprotección institucional.

El Mercosur: un modelo a la medida del saqueo.

América Latina, presenta, según la Cepal, 182 millones de pobres, es decir un 30% del total de sus habitantes y esto se configuró porque el capital concentrado no solo controla la producción y el comercio de sus riquezas, sino además tiene el dominio del transporte de los bienes producidos y el control del abastecimiento de bienes y servicios estratégicos, donde se extrae materias primas con destino a las regiones industrializadas del planeta. Sistema logístico-productivo que pretendió consolidarse a partir de la generación de una zona de libre comercio denominada MERCOSUR compuesto por: Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, territorios donde se producen 200 millones de toneladas de soja por año, es decir el primer productor de soja del mundo, por detrás aparecen los Estados Unidos con 150 millones de toneladas, garantizando a la cámara empresarial exportadora y titular de la tecnología y precios, administrada por: Cargill, Noble, A.D.M., Bunge, Dreyfus, Toepfer y Nidera, como aquella beneficiada del modelo que centraliza el sistema productivo de soja, el cual se conecta a través del denominado corredor Pacifico-Atlántico que une al departamento de Arica en Chile salida al pacífico, el Mato Grosso en Brasil como centro de acopio y distribución de granos, cereales y oleaginosa (en el medio sur centro de Brasil) y Santos el puerto mas importante de Brasil y de Latinoamérica con salida al atlántico; corredor horizontal que barre con gran parte de la producción latinoamericana además de una conexión vial que une Argentina-Paraguay-Brasil.-

La necesidad de unión de América Latina.-

Los procesos de integración en América Latina han fracaso de forma abrupta, violentado el espíritu integracionista de las Constituciones Latinoamericanas y los principios Declaratorios de las Naciones Democráticas de la región. Un ejemplo de ello es la Declaración de Ayacucho de 1974 donde se enumeran los principios jurídicos y políticos del desafío de unión continental. De allí se desprende que:

"Es urgente completar la tarea emancipadora promoviendo la construcción del destino propio en el campo socioeconómico, lo que requiere modelos de desarrollo que aseguren a nuestros pueblos una justa participación en la vida económica y cultural y faciliten la plena realización del hombre americano".

"El compromiso histórico y esencial del continente latinoamericano es unirse para la liberación económica y social, la superación científica y tecnológica. Esta unidad demanda la voluntad común de alcanzar objetivos de interés global para sus pueblos, sustentada en la solidaridad y en el reconocimiento de una realidad pluralista".

Bajo esta proyección política, la impronta en la actualidad debe reconocer determinados factores estratégicos para direccionar una Nación hacia la integración o cooperación inter-regional a partir de la planificación de una matriz de tratados internacionales que logren impulsar el ejercicio soberano sobre los ejes que componen su poder en función de las características propias de cada Nación.-

La Declaración de Ayacucho, además determina que:

Los países latinoamericanos cumplirán plenamente la misión que les corresponde dentro de la comunidad internacional, contribuyendo así a la paz y seguridad en el mundo.

El nacionalismo latinoamericano constituye la toma de conciencia de nuestros pueblos sobre su realidad profunda y su verdadera personalidad, fruto del mestizaje de sangre, fusión de culturas y comunes vivencias históricas, sociales y económicas.

Su fortalecimiento requiere, en la actual coyuntura internacional, plantear los problemas de la región, sus soluciones al margen de cualquier injerencia y concertar nuevas formas de acción conjunta que promuevan los valores auténticos de nuestras naciones e impida que prosperen en América Latina políticas, acciones o medidas extrañas que pretendan menoscabar la personalidad de nuestros pueblos y la soberanía de nuestros Estados.


El eje ARGENTINA-PERU-VENEZUELA.-

La integración de las Naciones de Argentina-Perú-Venezuela, conforman uno de los ejes logísticos más importantes del planeta. Su unión como bloque regional, favorecería el desarrollo soberano de la producción industrial de la región, representando actualmente un PBI del 20% de América Latina, similar al de México, con grande reservas de recursos, como la mayor reserva de hidrocarburos del planeta, equivalente al 20%, el 2% de las reservas de mineral de hierro y el 1% de las reservas de bauxita, en Venezuela. Por otra parte Perú posee grandes reservas de agua dulce, a través de sus glaciares tropicales y es una de las 10 naciones con mayor biodiversidad del globo. Por último la Argentina posee capacidad de producción de alimentos, cercano a 460 millones de personas y poder de desarrollo tecnológico nuclear, aeroespacial, en telecomunicaciones y defensa.

Al respecto, la Declaración de Ayacucho nos marca el camino de unidad al afirmar que:

La adhesión a los principios de la igualdad jurídica de los Estados, de su integridad territorial, de la autodeterminación de los pueblos, del pluralismo ideológico, del respeto a los derechos humanos, de la no intervención y de la cooperación internacional, de la buena fe en el cumplimiento de las obligaciones asumidas, de la solución pacífica de las controversias internacionales y de la prohibición de recurrir a la amenaza, al uso de la fuerza y a la agresión armada, económica o financiera en las relaciones entre los Estados.

La condena y el repudio a las situaciones coloniales que aún persisten en América Latina y que deben erradicarse prontamente por constituir una amenaza potencial a la paz de la región. Para este objeto nuestros esfuerzos quedan comprometidos.

En lo que respecta al poder logístico-productivo, Argentina-Perú y Venezuela poseen el poder de poseer salida a cuatro mares, el Caribe a través de Venezuela, el Pacífico a través de Perú y el Atlántico y Antártico a través de Argentina, además de poseer dos de las tres cuencas principales de la región, el Orinoco y el Río de la Plata, pudiendo avanzar hacia una confederación marítima que de forma solidaria, garantice la reserva de carga de las naciones de menor fuerza, en términos de PBI y poder logístico.-

La Declaración de Ayacucho asimismo invoca que:

Son derechos inalienables de nuestros países el pleno ejercicio de la soberanía sobre sus recursos naturales propios, la defensa de los precios de las materias primas, la regulación de las inversiones extranjeras y el control de las actividades de las empresas transnacionales.

Los esfuerzos concertados de todas nuestras naciones son esenciales para promover la formación y fortalecimiento de asociaciones de países productores-exportadores de materias primas, lograr los más favorables términos de acceso de nuestros productos a los mercados internacionales, obtener las mejores condiciones en la transferencia, creación e intercambio de tecnologías adecuadas a nuestras particulares realidades; asegurar el mejor abastecimiento regional de artículos esenciales, particularmente alimentos; establecer empresas multinacionales latinoamericanas, cooperar en materia de asuntos monetarios, transporte y comunicaciones, financiamiento externo y organismos financieros latinoamericanos.

En términos de alianzas, la expansión se trasladará rápidamente a Bolivia, otorgándole salida al mar autónoma y a Uruguay, brindándole el poder de la centralidad de salida a través del Atlántico mediante el puerto de aguas profundas natural más importante de la región, ubicado en la localidad de Rocha. Argentina por su parte será el centro logístico de acopio mas importante de la región con la capacidad de conexión con el Atlántico, con la Antártida y con el continente asiático a través de la ruta circumpolar con conexión hacia Asia-Pacífico, pudiendo desarrollarse un puerto en Tierra del Fuego a esos efectos.-

La integración es el más efectivo instrumento de desarrollo y garantía de independencia económica, al conjugar los esfuerzos nacionales con la complementariedad de nuestras economías.

La profunda crisis económica mundial hace evidente la necesidad de impulsar en forma decisiva los cambios estructurales y de establecer un sistema de seguridad económica colectiva, que haga posible el desarrollo integral de los pueblos para su bienestar, en un clima de estabilidad, libre de amenazas y coacciones que lo traben, a fin de lograr un nuevo orden económico internacional que deberá fundarse en la equidad, la igualdad, la soberanía, la interdependencia, el interés común y la cooperación de todos los estados.

Argentina-Perú-Venezuela poseen las características de un conjunto de naciones simétricas y complementarias, con lo cual su unidad es pasible de ser exitosa en términos de unidad aduanera común, aspectos que se contraponen a la unidad del Mercosur entre Argentina-Brasil-Paraguay y Uruguay por ser economías asimétricas y competitivas. En este sentido el eje: BuenosAires-Lima-Caracas posee destino de éxito si celebraran un tratado con base en la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países, la eliminación de los derechos aduaneros y restricciones no arancelarias a la circulación de mercaderías y de cualquier otra medida equivalente; El establecimiento de un arancel externo común y la adopción de una política comercial común con relación a terceros Estados o agrupaciones de Estados y la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados Partes. En definitiva revivir los principios del Mercosur, entre naciones con aptitud de unión económica, la cual conllevará indefectiblemente a la unidad monetaria, lo cual favorecerá el ingreso de Ecuador, puesto que su moneda es el Dólar de Estados Unidos, y además garantizará un sistema común de abastecimiento de bienes y servicios que integrará a naciones como el Paraguay y de centro América, puesto que poseen bajo poder de autoabastecimiento.

La declaración de Ayacucho concluye:

Al reafirmar el compromiso histórico de fortalecer cada vez más la unidad y solidaridad entre nuestros pueblos, prestamos la más amplia comprensión a la situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia, situación que debe demandar la consideración más atenta hacia entendimientos constructivos.

Declaramos que la unión de nuestros pueblos como naciones sustenta la paz, la justicia, el bienestar y el derecho como objetivos supremos de sus relaciones internacionales.

Consecuentes con estos principios fundamentales, nos comprometemos solemnemente a actuar de inmediato y en forma conjunta por intermedio de los ministros de Relaciones Exteriores ante cualquier situación que pudiera afectar la convivencia pacífica entre nuestros países.

Cooperaremos fraterna y decididamente para que los pueblos de América Latina, hoy una comunidad de 300 millones de seres humanos, aúnen sus esfuerzos ante el imperativo presente de trazar su propio camino, libre y autónomo, hacia la consecución de los objetivos de desarrollo económico y justicia social que hagan posible la plena realización y dignificación del hombre latinoamericano, único destinatario del legado histórico de la gesta emancipadora que culminó en Ayacucho."

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